"No sos bruta, es tu cerebro": Del Faux Pas a la Validación Consciente

Mi diagnóstico de autismo me mostró por qué mi lógica choca con las normas sociales. Hoy, estoy aprendiendo a callar mi impulso de "resolver" para poder sumar al amor y ser una mejor compañera.

En mi proceso de diagnóstico de autismo, uno de los tests que realicé fue el de "faux pas" (metedura de pata social). Mi resultado se situó en el percentil 1 😅.

Esto significa que mi capacidad innata para identificar situaciones socialmente incorrectas, o para entender por qué alguien podría ofenderse por un comentario, es prácticamente nula.

Para ser honesta, no fue una sorpresa. Durante años, me he encontrado en situaciones donde mi respuesta, basada en la lógica más pura y directa, chocaba frontalmente con lo que era "políticamente correcto". He fallado en ser asertiva de la forma esperada, hiriendo sentimientos sin siquiera darme cuenta.

Durante mucho tiempo, la conclusión que saqué fue simple: "soy bruta".

El diagnóstico me regaló una narrativa nueva y mucho más compasiva. No soy bruta; mi cerebro simplemente está cableado de otra manera. No tengo esa capa de procesamiento social intuitivo que la mayoría de las personas da por sentada.

Entender esto fue liberador. Me dio el permiso para dejar de culparme y me entregó una nueva misión: si mi cerebro no lo hace en automático, entonces necesito incorporar esas herramientas de forma consciente.

El problema no era solo la lógica

Pero aquí la trama se complica. Porque no solo tengo un cerebro hiperlógico; también tengo un sistema nervioso hipersensible. Las emociones muy grandes de los demás (especialmente la tristeza o el enojo) me "pegan" de lleno, me abruman sensorialmente.

Y mi mente proactiva, en un intento desesperado de autoprotección, activa un mecanismo de defensa: "tengo que resolver el problema del otro, ya, para que esta emoción baje y deje de afectarme".

El resultado de esta combinación es un desastre relacional. En el momento en que mi pareja viene a mí con una angustia, mi impulso de "resolver" es tan automático que le paso por encima a su experiencia emocional. Sin darme cuenta, al saltar a la solución, lo estoy invalidando.

Aprender a Validar: La Herramienta Consciente

En este viaje de convertirme en una mejor compañera de vida, una de las herramientas más difíciles y más importantes que estoy intentando incorporar es la validación.

Validar no es estar de acuerdo. Validar no es solucionar.

Es callar mi impulso de "arreglar" y activar una escucha diferente. Es poder decir: "Te escucho. Lo que sentís es real y tiene sentido para vos. Estoy aquí contigo". Es un esfuerzo consciente por quedarme en la emoción del otro, por muy incómoda que me resulte, porque entiendo que esa persona no necesita mis soluciones, necesita mi presencia.

El "Hack" para Aprender a Amar

Mi terapeuta me recomendó un libro que está siendo una brújula en esto: "Sumar al amor". Para ser completamente franca, hoy en día, con el nivel de estrés que estoy manejando, mi capacidad de atención para leer libros ha disminuído

Así que hice lo que mi cerebro sí sabe hacer: usé la tecnología. Subí el libro a NotebookLM (una herramienta de IA de Google) y le pedí que me generara un video con un resumen accionable de los aprendizajes clave. Para poder "consumir" los conceptos del libro en un formato que funciona para mi mente: rápido, auditivo y al grano.

El Diagnóstico no es un Escudo

Y aquí está mi gran conclusión. El diagnóstico es un regalo maravilloso para entendernos, para perdonarnos y para encontrar un nuevo punto de partida. Pero no está bueno usarlo como un escudo para justificarnos.

Saber que mi cerebro funciona así no me da un pase libre para seguir invalidando a los demás. Al contrario, me da la responsabilidad de encontrar mis propios mecanismos de compensación, pero de forma consciente y saludable.

Ahora que sé cómo funciono, puedo elegir activamente qué herramientas adquirir para convertirme en la mejor versión de mí misma. No solo para mí, sino para la gente que amo.